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lunes, 3 de julio de 2023

EL CAMINO PORTUGUES. ETAPA 2 PORRIÑO - ARCADE

En esto del camino como ya hemos dicho otras veces cada uno se organiza como quiere las etapas, el problema es que no conoces de antemano como pueden ser, es lo que nos ocurrió con esta etapa, quizás deberíamos haber hecho etapa en Redondela, pero como queríamos ver algo de Pontevedra adelantamos Km. e hicimos una etapa un poco larga.

Salida suave que acabara en una dura y exigente rampa para llegar al crucero policromado de Os Cabaleiros del siglo XVIII, donde abandonamos el asfalto para por una trocha retornando a la carretera a la altura de la capilla de Santiaguiño de Antas, en el punto más elevado de la jornada.

            

Al cruzar la carretera nos adentramos en el Concello de Redondela y nos tropezamos con el miliario de Vilar-Guizán-Louredo, indicador de distancia romano de la vía XIX que unía Braga con Astorga. En seguida entramos en Vilar de Infesta, formada como todas las parroquias gallegas por un buen número de lugares diseminados que nos desorientan, ya que cuesta saber con certeza dónde empieza o termina tal o cual lugar. La parroquia se atraviesa en ligera bajada por la carretera central y el desvió para salirse de ella está bien marcado, entre pinos andamos un buen rato hasta que llegamos desde lo alto a vislumbrar allá abajo, pero muy abajo Redondela, y entonces comienza una fuerte pendiente como pocas hemos visto (¡nos imaginamos si hubiera que subirla!), al finalizarla en un km aproximadamente estamos en Redondela, donde paramos para avituallamiento.

Como hemos dicho no hacemos etapa aquí y continuamos con una salida fea de Redondela hasta el encuentro de la N-550, carretera que cruzamos junto a la fachada barroca de la capilla de Santa Mariña, carretera que abandonamos para reencontrarla mas adelante


Entramos en Cesantes en donde nos encontramos con una “bonita rampa” y un paso elevado que salva las vías del tren, y continuamos por el Camiño Real de Cesantes. Este bonito pero breve camino nos hace reencontrarnos con la N-550.La intersección con la nacional, con bastante tráfico, es un ¡punto negro! Y muy peligroso Tras el cruce y por la acera entramos en la parroquia de O Viso, en concreto en el lugar de Tuimil, en un desvío a mano izquierda, aparece una fuerte y empinada cuesta, quizás de las más fuertes, sino la más, del camino portugués, corta pero exigente, cuesta que llega hasta una fuente de piedra donde necesariamente hay que hacer un descanso porque desde el cruce con la carretera no hemos dejado de subir.

A partir de aquí la pendiente se desinfla en una pista de tierra y que reconforta por la compañía de pinos y eucaliptos, un poco después obtenemos una panorámica del extremo de la ría de Vigo, y de nuevo avanzar por el arcén hasta la entrada de Arcade, localidad con todos los servicios y en donde aún tuvimos tiempo de mojarnos en su playa y cenar algo del afamado marisco de la localidad.




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