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lunes, 30 de marzo de 2020

SEXTA ETAPA CAMINO ARAGONÉS: LUMBIER-MONREAL

Hace ya algún tiempo hicimos el Camino de Santiago empezando en Roncesvalles, como aragoneses que somos se nos quedó clavada la espinita de hacer el tramo aragonés hasta su confluencia con el navarro en Puente la reina, así que parte de las vacaciones de este año las hemos dedicado a esta idea.
Una vez finalizada el tramo que es cuando escribimos estas especies de crónicas sacamos varias conclusiones que ya comentamos en la primera etapa del tramo aragonés y que no vamos a repetir hasta el final del tramo por no hacernos pesados.

ETAPA LUMBIER-MONREAL.


















Pues en una etapa que se presumía agradable nos hemos comido toda la carretera y porque no había más.
Ya hemos indicado en la etapa anterior que habíamos decidido ir por Lumbier, así que sin problemas salimos por la mañana pero una mala explicación donde pernoctamos junto a una mala señalización  de por dónde debíamos de coger  el camino nos lleva a hacer kilómetros por la carretera en vez de coger el desvió  a Nardues y lo peor es que después de Nardues bajamos  a  Aldunate para continuar el camino, pero este, !SIN AVISAR!  está cortado  por la autopista y a diferencia de otros tramos en el camino en el que hay puentes pasarelas o túneles no te queda más remedio que chuparte toda la subida del alto de Loiti por la carretera hasta Izco, ¡pero además es que no está indicado de ninguna manera!, solamente la explicación de un vecino de Aldunate nos sacó de las dudas, nos toca retroceder hasta el desvío de la carretera y subir por ella el alto,  está claro a nuestro entender que nuestros amigos los Navarros no quieren potenciar el tramo aragonés y no lo dificultan pero tampoco lo facilitan.
Seguimos con la falta de servicios, al llegar a Izco la vecina del pueblo nos dice que el bar ¡no abre hasta las 12!, como es habitual en nosotros llevamos algo de provisiones por si acaso y por los imprevistos y esta vez han hecho falta.


















Pasado Izco, pistas y tramos asfaltados se alternan hasta que llegamos pasado Salinas ya cercanos a Monreal a un bello bosque de pinos y robles por el que discurre una agradable senda que nos deja a las puertas de Monreal.




















Cenamos muy bien y con mucha amabilidad en el bar que está al lado del albergue, la verdad es que tampoco hay donde elegir pero no importa, lo aprobamos con nota alta. 
Pero seguimos con la pobreza que presenta el camino en cuanto a servicios, al ir a comprar en el supermercado del pueblo nos lo encontramos cerrado, nos dicen ¡que los miércoles y jueves cierra por la tarde! Con lo cual ni nosotros ni otros peregrinos que había en el albergue hemos podido comprar provisiones ni para cenar, con lo cual los otros peregrinos han tenido que cenar también en el bar, ni para la etapa de mañana.
Menos mal que la del bar se ha portado, nos ha vendido, y nos ha preparado unos excelentes bocadillos y algo de fruta, a los otros peregrinos les le ha vendido unas bolsitas /kit para desayunar, debe de estar acostumbrada. 



























Nos avisan de que mañana es una etapa rompe-piernas, en principio no debería ser así porque no tenemos montañas en los alrededores pero ya veremos.







viernes, 20 de marzo de 2020

QUINTA ETAPA CAMINO ARAGONES: UNDUES-LUMBIER


Hace ya algún tiempo hicimos el Camino de Santiago empezando en Roncesvalles, como aragoneses que somos se nos quedó clavada la espinita de hacer el tramo aragonés hasta su confluencia con el navarro en Puente la Reina, así que parte de las vacaciones del pasado año las dedicamos a esta idea.
Una vez finalizada el tramo que es cuando escribimos estas especies de crónicas sacamos varias conclusiones que ya comentamos en la primera etapa del tramo aragonés y que no vamos a repetir hasta el final del tramo por no hacernos pesados.



ETAPA UNDUES –LUMBIER
Ultimo pueblo de Aragón, que ¡cómo no!, tenemos que volver a bajar lo que ayer subimos, salimos temprano para continuar nuestro camino.















Como siempre salimos amaneciendo, a nosotros nos gusta así. Esta vez el camino es bastante agradecido y no hay mucha subida y bajada. Nos alejamos de Undués por un sendero que se abre paso entre el matorral y que desciende por la cresta de la montaña.
























Al rato alcanzamos el panel informativo que nos da la bienvenida a Navarra. Aragón llega a su fin, ya hemos avanzado 99 kilómetros desde Somport. Desde aquí hasta Sangüesa vamos por pistas. Sangüesa para quien no la conozca bien merece una visita.


A partir de aquí se nos ofrecen dos alternativas, Por Rocaforte o por Lumbier, decidimos ir por Lumbier, por dos razones, porque las guías la dan como mas suave la etapa aunque des un pequeño rodeo y porque nos apetece ver la Foz de Lumbier, el famoso puente el diablo y sus buitres, es una zona que siempre que hemos pasado por la carretera, desde lejos nos ha gustado y cuando estuvimos hace un tiempo en las ruinas de la villa romana de Liedena nos gustó el entorno, es ligeramente más larga, unos ocho kilómetros, aunque bastante más suave y permite contemplar el entorno natural de la Foz que bien merece la pena. En Liédena se sigue por la vía verde del antiguo ferrocarril del Irati que serpentea sobre la Foz de Lumbier y cómo hacemos etapa en Lumbier, no se nota el rodeo.



















Si hasta aquí prácticamente íbamos solos todos los días, la entrada a la Foz nos sorprende por la cantidad de caminantes que hay, al salir de la Foz descubrimos por qué, ¡Hay un aparcamiento vigilado y de pago al otro lado!, se puede acceder por carretera desde Lumbier y es el tramo que debemos andar para finalizar la etapa.Te deja a escasos 200 metros de la entrada a la Foz y hasta te alquilan prismáticos para ver los buitres, que por cierto los hay y en cantidad. ¡Ya nos extrañaba a nosotros tantos peregrinos!.

sábado, 7 de marzo de 2020

CUARTA ETAPA CAMINO ARAGONÉS ARTIEDA-UNDUES


Hace ya algún tiempo hicimos el Camino de Santiago empezando en Roncesvalles, como aragoneses que somos se nos quedó clavada la espinita de hacer el tramo aragonés hasta su confluencia con el navarro en Puente la reina, así que parte de las vacaciones del pasado año las dedicamos a esta idea. 
Una vez finalizada el tramo que es cuando escribimos estas especies de crónicas sacamos varias conclusiones que ya comentamos en la primera etapa del tramo aragonés y que no vamos a repetir hasta el final del tramo por no hacernos pesados.


ETAPA ARTIEDA - UNDUES.                                                          
Largas y agotadoras son estas etapas aragonesas en comparación con la bajada por el tramo Navarro. 
Salimos de Artieda amaneciendo porque presuponemos por lo leído que la etapa va a ser dura, como así constataremos al final de ella. No hace falta desandar parte del camino de ayer, ya lo habíamos estudiado por la noche, tras de nuevo como días anteriores una fuerte pendiente nos coloca en el camino dicen que nuevo, porque el pantano de Yesa destruyo el original, esta primera parte de la etapa no presenta ninguna dificultad, es más al rato entramos en una senda por el bosque muy recomendable y muy agradable que prácticamente nos lleva a Ruesta, pasando antes por la ermita de San Juan, afortunadamente bien protegida.                                                                 


















                     



   












Ruesta pueblo-fortaleza, núcleo importantísimo en antaño y que hoy no queda más que ruinas y un par de casas reconstruidas como albergue. El pasar por el medio de sus ruinas te apesadumbra y ves como la civilización moderna ha destruido el modo y vida de cientos de años. De Ruesta nos despedimos con un empinado descenso en dirección a Las ruinas de lo que fue camping  que se encuentra en la hondonada. Tras cruzar dicha zona, se empieza a subir primero por una senda forestal, pasamos junto a la ermita de Santiago, templo románico abandonado a su suerte. Al paso por la ermita le toma el testigo una pista forestal, que se encargará de guiar nuestros pasos en la subida a Peña Musera, no hay pérdida, un permanente y prolongado ascenso nos conduce hasta una altiplanicie. 

Dice el refrán “cobra buena fama y échate a dormir”, pues eso…, muchos montes del camino llevan fama de duros, pero creemos que esta subida es para colocarla entre las peores, larga, muy empinada en ocasiones, sin una sola gota de agua ni fuente por el camino, sin sombra apenas aunque pasas por zona boscosa, son cuatro kilómetros realmente duros. Ni el puerto del Perdón, ni el techo de Mostelares, ni Monjardin, quizás los montes de Oca, o la etapa de Porto Marín sea lo más parecido, pero desde luego engaña en todas las guías que habíamos consultado. A la altiplanicie llegas pero como decimos tras la dura subida. 


Comenzamos a descender por un terreno abierto. Undúes de Lerda aún dista cinco kilómetros En un punto dejamos la pista, ya se puede ver Undués de Lerda al otro lado, de nuevo una empinada vaguada, de tal modo, que un fuerte descenso seguido de un duro repecho es el remate de este tramo y encaramos el descenso a la vaguada que nos lleva a Undues por una trocha. Tras un tramo de incomoda calzada romana se nos exige un último importante esfuerzo para entrar en Undués, un esforzado repecho. 

Una etapa dura por engañosa a partir de la mitad donde se sigue la tónica del camino aragonés, ningún núcleo de población donde descansar avituallar o reponer fuerzas (salvo el rustico bar de Ruesta). Esta etapa nos demuestra una vez más lo que hemos indicado a lo largo de este blog en el relato de nuestro caminar en el camino, hay que intentar programarse o de lo contrario te expones a llevarte alguna que otra sorpresa. 


 En esta etapa como decimos no hay nada, ABSOLUTAMENTE NADA entre Artieda y Ruesta y NADA ABSOLUTAMENTE NADA entre Ruesta y Undues, por lo que según como te organices, te puedes encontrar con tener que hacer al final del día otros 7/8 km de propina, y desde luego para quien haya hecho el camino o sepa lo que significa eso después de andar unos 25 Km comprenderá lo que estamos diciendo, largos tramos sin avituallamiento, y además, pocos lugares donde guarecernos del sol. 

Tras asearnos descansar y reponer fuerzas, nos vamos a las piscinas que es el único bar del pueblo salvo el del alberge, pedimos un café y ¡DIOS! no tienen cafetera, esto es Aragón y lo demás tonterías. 

Cenamos muy bien en el bar del albergue, son muy amables, como somos los únicos (por no mentir hay un extranjero), nos dicen que vayamos pronto a cenar para poder cerrar antes, se quejan de los pocos peregrinos que siguen este tramo que ha obligado a cerrar por ejemplo el albergue de Izco. Más adelante nos enteraremos que también el de Olcoz ha cerrado.