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martes, 22 de mayo de 2018

Vigésima cuarta etapa: El Acebo-Ponferrada



Podríamos empezar esta entrada con la frase “amanece que no es poco” sobre todo después del cólico del día de ayer, ya comentado en la anterior entrada. Pero como cualquier cólico clásico se pasa y parece que no te hubiera pasado nada.


La maragatería sucumbe a El Bierzo, que se presenta en un fuerte descenso, como tenemos un poco de miedo por lo de ayer en vez de coger la senda del camino nos vamos por la carretera desde Riego de Ambros. Somos conscientes de que andamos unos pocos kilómetros más (uno dos kilómetros) ya que nos hacemos todas las curvas de la carretera que hay hasta Molinaseca pero vamos más seguros por si acaso. 

Magnífica etapa, a pesar del trozo de carretera, en la que cruzamos los Montes de León, barrera natural entre las comarcas de la Maragatería y El Bierzo. 

Al salir por la mañana vemos un monumento que no vimos la tarde anterior y que ya comentamos al principio en la etapa de Puente la Reina y que no habíamos vuelto a comentar a pesar de haber visto varios; placas y lapidas recordatorias de peregrinos fallecidos en el camino, en este caso es un bicicleta monumento en recuerdo de un alemán de 26 años que falleció aquí haciendo el camino, Heinrich Krause. 

Riego de Ambros. Una aldea preciosa, en la que parece que no la habite nadie, nada más lejos de la realidad por lo cuidada que esta, solamente vamos y vemos peregrinos por las calles. Rosales y flores por todos los lados. Esta aldea así como el tramo hasta la carretera es precioso en un entorno increíble de naturaleza casi salvaje, parece que en cualquier momento te vaya a salir algún jabalí.


A partir de Riego de Ambrós el camino se separa de la carretera sin dejarla totalmente y entra en unos senderos entre matorrales con el piso totalmente irregular a veces tallado en la roca, de la misma manera que muchos trechos de la etapa de ayer. Fuertes bajadas serpenteando por encima de la carretera, como ya hemos dicho al salir de Riego y al llegar al cruce con la carretera abandonamos el camino y seguimos por ella, el susto de ayer hace que seamos cautos y vayamos por si acaso por la carretera hasta Molinaseca.    


Parada programada. El origen y la importancia de Molinaseca, están vinculados al Puente de los Peregrinos, una construcción de planta románica que se eleva sobre el río y donde a la sombra de sus arcos nos avituallamos y almorzamos. Ahí comienza el pueblo, cuya parte histórica atraviesa ¡cómo no! por la también larga Calle Real y concluye a los pies de un viejo crucero de piedra y un monumento a los peregrinos, calle con mucho ambiente y llena de establecimientos de todo tipo pero sobre todo hostelería. Y ya, la larga bajada hasta Ponferrada, que la etapa haya sido toda de bajada no quiere decir que haya sido fácil.
 



Con lo bonita que ha sido la etapa, que fea vuelve a ser la entrada a una gran urbe. 

Y ya aquí como vamos sobrados de peso… pues picamos y compramos para nuestra segunda afición, una miniatura (por decir algo lo de miniatura) del castillo templario de la localidad que nos servirá para realizar un diorama y que se puede apreciar en el blog: http://miniaturasycolecciones.blogspot.com.es/. En concreto en la entrada http://miniaturasycolecciones.blogspot.com.es/search/label/Dioramas