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domingo, 21 de enero de 2018

Décimo séptima etapa: Sahagún-El Burgo Ranero


Abandonamos Sahagún que nos sorprendió gratamente el día anterior.

Sahagún ofrece sin duda una gran acogida a los peregrinos, pero a tenor de lo leído no es nada comparable a la que antiguamente tenía. Pudimos observar las ruinas del Monasterio de San Benito, llamado el Cluny Español cuya fama y generosidad al parecer quedo escrita en todas las guías medievales, hoy  repetimos, solo son ruinas….
Y hoy entramos en esta etapa en la provincia de León, la provincia con más kilómetros de itinerario jacobeo, nada menos que 214 ó 217 Km. según guías.

Un crucero nos despedirá al cruzar el puente en Sahagún y un crucero nos recibirá al llegar al Burgo.
Nuevamente a programarse, como en etapas anteriores se puede presentar un doble itinerario, por un lado lo que llaman Vía Trajana y por otra el camino Francés, según leemos la primera es más larga y esta menos cuidada y no la suelen aconsejar,  nosotros escogemos la más tradicional, la Trajana además es mucho más larga y si se quiere dormir en el Burgo hay que andar y desandar 2 Km y al final mañana se llegara al mismo sitio, a Mansilla,  sigue un poco la monotonía del camino, hay un carril construido exprofeso para peregrinos y con arbolitos plantados con lo cual se hace cómoda la etapa. Seguimos por pistas de tierra, sin desniveles significativos, en una etapa de transición de la Tierra de Campos al Páramo Leonés



Y en medio de la inmensidad de la llanura aparece El Burgo Ranero.


 A la llegada como hemos dicho nos sorprende un crucero dedicado “a la memoria de los niños” y de nuevo una larga calle, la calle Real que forma parte del camino integrada totalmente en la localidad.

Es en esta etapa en donde la palabra monotonía adquiere su significado, nada de especial por el camino y nada de especial al llegar, solo que hay algo que no debes de olvidar,… que, ¡estás haciendo el Camino!

                                                                                        

miércoles, 10 de enero de 2018

EL DIA A DIA EN EL CAMINO

EL DIA A DIA EN EL CAMINO
Hablamos en este blog de etapas, monumentos, economía, etc.… pero ¿cómo ha sido nuestro día a día?.
Cada cierto número de etapas metemos una entrada monográfica relacionada con el camino dedicada a un tema, la economía , la ropa, la señalización…, hoy, por si alguien lee este blog y le puede servir de experiencia, hablamos de  como más o menos con pequeñas variantes se han desarrollado nuestro días en el camino.
La jornada empieza siempre la noche anterior, cuando antes de acostarnos repasamos lo que será el día siguiente; kilómetros, tipo de etapa (llana, en ascenso, sube y baja, repechos,…), cosas interesantes a ver, monumentos por los que pasaremos, avituallamientos….Todo esto parece fácil y más cuando la distancia a recorrer no son de cientos de kilómetros sino de un par de docenas, pero cuando te encuentras en el camino, diferentes circunstancias hacen que no pienses a veces con claridad, a veces hasta leer un folleto o mapa te da pereza; cansancio, climatología, situaciones inesperadas o imprevistas, … por lo que siempre es aconsejable llevar pensado el plan A, ya habrá tiempo para que si se tuerce y sobre la marcha tengamos que coger un plan B ó C,  o ¡vete tú a saber!.

Diana se suele tocar entre las 6 de la mañana (las que van a ser largas y duras) o las 7, nunca más tarde, la idea es llegar siempre antes de la tarde al destino, cierto es que hemos encontrado quien prefiere no madrugar y llegar a media tarde a destino, pero este es nuestro blog, es nuestro camino y decimos nuestra experiencia. En una etapa normal pues, a las siete levantada, aseo (no ducha, esa queda para el final de la jornada) y desayuno, que también habremos programado la noche anterior. ¿A qué hora dan de desayunar donde pernoctamos, si es que dan?, ¿hay bares madrugadores para desayunar los peregrinos?. No ha sido lo normal pero en alguna ocasión la noche anterior hemos llenado de café nuestras cantimploras y comprado algún dulce viendo que era imposible desayunar debido a la hora que nos hemos planteado salir. Según qué etapas se hacen, con la dormida no suele haber problemas, puede ser en localidades de apenas cinco casas (textual) y si es cierto que la pernoctación está más o menos cubierta en todo el camino, no ocurre lo mismo con bares o similar.
Una vez desayunados, vista al tiempo que hace para ver qué tipo de ropa nos ponemos ( la verdad es que no hay , mucho modelito para elegir, pero será conveniente ver si la capa debe ir encima la mochila, si será suficiente con la camisa que llevamos o la sudadera,  o con la camiseta sobrará), se termina la mochila se cierra el aseo y ¡a caminar!.
Como la etapa viene preparada de la noche anterior sabemos con antelación más o menos donde pararemos a tomar un refrigerio, que suele ser cuando al menos hemos hecho media etapa y donde solemos encargar el bocadillo y/o comprar la fruta que nos hará de comida y postre al llegar. Cigarrito y a continuar. NO OBSTANTE, siempre llevamos algo en la mochila porque en alguna ocasión nos hemos encontrado cerrado el lugar donde pensábamos avituallarnos (una pieza de fruta, unos frutos secos, unas galletitas, algún caramelo…)
En la llegada a destino nunca hemos sobrepasado de las 14 horas, al llegar acomodo en el alojamiento, ducha y ropa de recambio (la otra según el día a secar, airear o a lavar), bocata, café y a dormir una siestecita.








La tarde la hemos solido aprovechar para ver algo en donde nos encontramos, dependerá de la localidad; Iglesia, monumento, museo, paseo por la zona, rebaños de vacas o caballos….o simplemente a pasear por la carretera o por los caminos, porque puede no haber nada, ¡ pero nada de nada!, en donde estamos.
Lo que si hemos hecho en aquellas localidades en donde sabíamos que había, ya lo hemos comentado en anteriores entradas, es participar en la Misa del peregrino de la tarde, es una experiencia inolvidable, primero por nuestra propia motivación, segundo por el ambiente en que se está y tercero por como la viven el 100% de lo que asisten. Roncesvalles, Carrión de los Condes, San Juan de Ortega, Rabanal del Camino, El Acebo, serán algunas de las localidades, y quedarán para siempre en nuestro recuerdo, al margen queda la de la llegada a Santiago, pero esa….es diferente.
Y luego no muy tarde la cena, esta sí, de cuchara, cuchillo y tenedor y vuelta empezar, preparar el día siguiente y…al catre.

Decíamos al principio de este blog que por circunstancias personales, fundamentalmente laborales, no hemos podido realizar el camino en un año, por eso el último día en la última etapa nos permitíamos comer o cenar en un buen restaurante y ahí sí que nos resarcíamos de todo lo anterior. Los alrededores de San Nicolás en Pamplona,  La zona de La calle Laurel en Logroño, el Barrio Húmedo de León, La zona de la catedral en Burgos. O la Rúa do Franco en Santiago…

Y este era nuestro día a día, solo pretendemos como decimos más arriba contar nuestra experiencia, si a alguien le sirve pues nos alegraremos, y si no cada uno tendrá su propia experiencia que contar, recordar o revivir. Como decimos por nuestra tierra, ¡Con tu pan te lo comas!, que es como decir, tú veras lo que haces.