Tal y como hemos indicado en la etapa prólogo, salimos desde el centro del casco histórico de Tuy, junto a la catedral, donde hemos pernoctado evitando así las cuestas que suben desde el puente internacional, con lo cual los desniveles de esta primera etapa prácticamente son inapreciables, al cabo de un par de kilómetros encontramos por primera vez un tramo de camino junto a la carretera, que bien esta u otras nos van a acompañar durante una buena parte del recorrido portugués, es una de las diferencias con los otros caminos.
Afortunadamente se abandona rápido y nos metemos por una
pista forestal llegando hasta el Ponte das Febres sobre
el arroyo
San Simón. Está
recubierto por una pasarela y recibe este nombre porque en
este lugar enfermó de muerte San Telmo en la primavera de
1251. Pedro González Telmo, que así se llamaba, es el patrón de los marineros.
Por este agradable escenario sombrío, aunque al final pisas algo de carretera
abrigado por la vegetación de ribera del río Louro, llegamos hasta A
Magdalena y a Orbenlle tras una pequeña cuesta.

En este momento aunque está muy bien señalizado y las guías consultadas lo remarcan perfectamente hay que decidir si ir por el trazado antiguo que hoy pasa por un gran polígono industrial (dicen que más de 3 km por una recta) o por un camino alternativo creado en 2013 que alarga en unos 500 metros el recorrido pero evitas carretera asfalto y civilización. Nosotros como todos los peregrinos que vimos eligieron la segunda alternativa. Esta variante desciende ligeramente entre tupida vegetación hasta el vado de A Ponte Baranco, sobre el Louro, y pasando por un par de pasos de invierno (curioso nombre dada a la construcción de un murete de piedras, solución para evitar tener que andar por barro y agua),
Etapa que no presenta ninguna dificultad siendo bastante
agradable y transcurriendo lo justo por asfalto y ciudad si coges los desvíos
indicados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario