Laaarga,
laaarga, laaarga es la avenida de salida de la población, La Avenida de
Galicia, ¡6 kilómetros! hasta que se divisan las vides de Camponaraya, aquí el
Camino vuelve a abrazar el campo.
Hemos
preferido coger la línea recta hasta Camponaraya en vez de realizar el rodeo
que marca el actual camino (nos hemos quitado aproximadamente 2 kilómetros)
pero la mitad ya, localidades que se pueden considerar barrio periféricos de
Ponferrada, que no camino, y que viene en casi todas las guías, lo que
recortamos por un lado de ciudad, lo alargaremos hacia el final de la etapa de
auténtico camino.
Etapa
bastante cómoda sin ningún tipo de complicación a través de campos y campos de
viñedos y tranquilas localidades repletas de servicios. El único inconveniente
es la casi total ausencia de sombra, la mayor parte del recorrido es a pleno
sol, en pleno verano habrá que madrugar mucho.

Una exigente subida, la única pega de esta etapa, nos acerca a Pieros, se retoma la nacional y en el momento exacto que se corona el alto se llega a un cruce con flechas amarillas en el suelo que indican a la derecha, hacia Valtuille. Este desvío a Valtuille es una variante que según dicen gana adeptos con el paso de los años. Presenta más desniveles y es unos dos kilómetros más larga que el original, pero muchos peregrinos la prefieren para abandonar la carretera cuanto antes. Así lo hicimos nosotros, lo que cortamos al salir, lo alargamos por aquí, se da un pequeño rodeo pero merece la pena, campos y campos por pistas de asfalto y tierra, árboles frutales y vides por todos los lados, es de suponer que si se sigue esta tónica el pueblo saldrá beneficiado porque ahora deja un poco que desear en cuanto a servicios.
A la salida de Pieros nos quisieron tomar por pardillos, pequeña estafa para uno, pero que a lo largo del día si les salía bien,….pues eso, los jubilatas sentados a la vera de la carretera te avisaban y la guardia civil pasaba de vez en cuando. La estafa en cuestión era firmar solicitando algo que ni siquiera recordamos, la petición la realizaban mujeres extranjeras, a cambio te piden un pequeño donativo.
Se llega a Villafranca pasando junto a la puerta del Perdón de la Iglesia de Santiago, donde el suelo vuelve a ser durante un buen tramo de canto redondo, lo que al ser final de etapa se lleva peor por los pies, al frente al finalizar este tramo, el castillo de la localidad y cuando crees que has llegado a la derecha una empinada cuesta, esto para rematar las piernas, que nos deja en el centro de Villafranca.
En la puerta
del Perdón el peregrino que por enfermedad no podía seguir, podía conseguir el
jubileo atravesando la famosa puerta, privilegio que fue otorgado por el Papa
Calixto III en el Siglo XV. Creemos, pero no estamos seguros de ello que en los
Años Santos Compostelanos actuales, en caso de que algún peregrino no pueda
continuar hasta la Catedral de Santiago por enfermedad o accidente y haber
recorrido la distancia necesaria, haberse confesado, asistido a la Eucaristía y
haber rezado por las intenciones de la Iglesia (igual que en la Catedral de
Santiago), se le abre la Puerta del Perdón para que gane las Gracias Jubilares.
Siendo esta la única puerta de todo el Camino de Santiago junto con la de la
Catedral en la que se pueden ganar las Gracias Jubilares.
Localidad que parece haber perdido algo de
importancia frente a Astorga y Ponferrada pero que dada su situación envidiable
entre los montes de León y los de Galicia goza de un gran ambiente y de todo tipo
de establecimientos.
Alfonso VII,
Fernando II y Doña Urraca su mujer, Isabel II y Alfonso XII pasaron por aquí,
entre su importante patrimonio el Castillo del XVI de los Marqueses de
Villafranca, el palacio de la Marquesa de Campomanes y la Colegiata de Santa María.
Villafranca
da paso a Galicia, ¡ahí que estamos ya!.
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