
Hospital de Orbigo- Astorga
Seguimos en el páramo leones por lo que es una etapa de similares características a las ultimas, la larga llanura.
Nuevamente dos alternativas en esta etapa: Seguir por la izquierda y por un camino pegado a la N-120 o bien por la derecha hacia Villares de Órbigo, ambas posibilidades concluyen en el crucero de Santo Toribio.
A unos 4 kilómetros de Astorga se encuentra vayas por uno u otro camino el crucero de Santo Toribio. El lugar que está situado en una elevación del terreno, ofrece unas vistas maravillosas. Todos los peregrinos, creemos, que nos paramos un rato para contemplar, por primera vez, la ciudad de Astorga con la catedral que se dibuja en el horizonte, así como los montes de León que quedan a un suspiro al fondo y que empezaremos prácticamente mañana y la cordillera cantábrica a nuestra derecha.
Allí raro es quien no se hace una foto y que da pie a alguna pequeña conversación porque quien más quien menos te pide que se la hagas, al igual que hicimos nosotros, ¿y de dónde eres y de dónde vienes…?, está claro que no preguntas a donde vas…

Se aborda un descenso relativamente fuerte hasta San Justo de la Vega y ya en el valle, tres kilómetros nos separan de Astorga, a la que no perdemos de vista ya que está situada en lo alto de una pequeña meseta. La entrada a Astorga se hace bastante larga, pues atraviesa un polígono industrial que te hace sentir que estas llegando pero no es así; todavía falta un poquito. entramos en Astorga por la estación, en donde el puente sobre el tren tiene una serie de escaleras metálicas que van zigzagueando para ganar
bastante altura sobre las vías, lo cual da una visión un poco surrealista de unos peregrinos caminando hacia la izquierda, otros a la derecha; unos subiendo, otros bajando. Y para rematar el acceso propio a la ciudad, que es de nuevo una importante rampa o cuesta, su elevación nos obliga a un último esfuerzo considerable no solo por ser final de etapa sino porque realmente la cuestecita se las trae. Finalmente llegamos a las calles que nos conducen al centro de la ciudad, calles serpenteantes y bonitas plazas que nos descubren una gran ciudad. Ademas era día de mercado con lo que había un especial ambiente por la zona del centro.
Astorga ciudad histórica ya en tiempo de los romanos tiene mucho que ver, la Catedral , el museo de los caminos, el Palacio episcopal de Gaudí, sus murallas…y la plaza de España donde por cierto se come bastante bien y hay una buena oferta para elegir la cena a precio de peregrino, otras cosa es el cocido maragato, (curiosa su historia y que a diferencia de otros cocidos, en este la sopa es el último plato), plato pantagruélico, lo conocemos de otras veces pero estando haciendo el camino terminante prohibida su ingesta salvo que no queramos seguir caminando. A la vez contemplas el famoso reloj de los maragatos en la fachada del Ayuntamiento. Daban pocas ganas de irse a dormir, la noche estaba de lo mejor, pero mañana hay que continuar…

