EL DIA A DIA EN EL CAMINO
Hablamos en este blog de etapas, monumentos,
economía, etc.… pero ¿cómo ha sido nuestro día a día?.
Cada cierto número de etapas
metemos una entrada monográfica relacionada con el camino dedicada a un tema,
la economía , la ropa, la señalización…, hoy, por si alguien lee este blog y le
puede servir de experiencia, hablamos de como más o menos con pequeñas variantes se han
desarrollado nuestro días en el camino.
La jornada empieza siempre la
noche anterior, cuando antes de acostarnos repasamos lo que será el día
siguiente; kilómetros, tipo de etapa (llana, en ascenso, sube y baja,
repechos,…), cosas interesantes a ver, monumentos por los que pasaremos,
avituallamientos….Todo esto parece fácil y más cuando la distancia a recorrer no
son de cientos de kilómetros sino de un par de docenas, pero cuando te
encuentras en el camino, diferentes circunstancias hacen que no pienses a veces
con claridad, a veces hasta leer un folleto o mapa te da pereza; cansancio,
climatología, situaciones inesperadas o imprevistas, … por lo que siempre es
aconsejable llevar pensado el plan A, ya habrá tiempo para que si se tuerce y
sobre la marcha tengamos que coger un plan B ó C, o ¡vete tú a saber!.
Diana se suele tocar entre las 6
de la mañana (las que van a ser largas y duras) o las 7, nunca más tarde, la
idea es llegar siempre antes de la tarde al destino, cierto es que hemos
encontrado quien prefiere no madrugar y llegar a media tarde a destino, pero
este es nuestro blog, es nuestro camino y decimos nuestra experiencia. En una
etapa normal pues, a las siete levantada, aseo (no ducha, esa queda para el
final de la jornada) y desayuno, que también habremos programado la noche
anterior. ¿A qué hora dan de desayunar donde pernoctamos, si es que dan?, ¿hay
bares madrugadores para desayunar los peregrinos?. No ha sido lo normal pero en
alguna ocasión la noche anterior hemos llenado de café nuestras cantimploras y
comprado algún dulce viendo que era imposible desayunar debido a la hora que
nos hemos planteado salir. Según qué etapas se hacen, con la dormida no suele
haber problemas, puede ser en localidades de apenas cinco casas (textual) y si
es cierto que la pernoctación está más o menos cubierta en todo el camino, no
ocurre lo mismo con bares o similar.
Una vez desayunados, vista al
tiempo que hace para ver qué tipo de ropa nos ponemos ( la verdad es que no hay
, mucho modelito para elegir, pero será conveniente ver si la capa debe ir
encima la mochila, si será suficiente con la camisa que llevamos o la sudadera,
o con la camiseta sobrará), se termina
la mochila se cierra el aseo y ¡a caminar!.
Como la etapa viene preparada de
la noche anterior sabemos con antelación más o menos donde pararemos a tomar un
refrigerio, que suele ser cuando al menos hemos hecho media etapa y donde
solemos encargar el bocadillo y/o comprar la fruta que nos hará de comida y
postre al llegar. Cigarrito y a continuar. NO OBSTANTE, siempre llevamos algo
en la mochila porque en alguna ocasión nos hemos encontrado cerrado el lugar
donde pensábamos avituallarnos (una pieza de fruta, unos frutos secos, unas
galletitas, algún caramelo…)
En la llegada a destino nunca
hemos sobrepasado de las 14 horas, al llegar acomodo en el alojamiento, ducha y
ropa de recambio (la otra según el día a secar, airear o a lavar), bocata, café
y a dormir una siestecita.
La tarde la hemos solido aprovechar para ver algo en donde nos encontramos, dependerá de la localidad; Iglesia, monumento, museo, paseo por la zona, rebaños de vacas o caballos….o simplemente a pasear por la carretera o por los caminos, porque puede no haber nada, ¡ pero nada de nada!, en donde estamos.
Lo que si hemos hecho en aquellas
localidades en donde sabíamos que había, ya lo hemos comentado en anteriores
entradas, es participar en la Misa del peregrino de la tarde, es una
experiencia inolvidable, primero por nuestra propia motivación, segundo por el
ambiente en que se está y tercero por como la viven el 100% de lo que asisten.
Roncesvalles, Carrión de los Condes, San Juan de Ortega, Rabanal del Camino, El
Acebo, serán algunas de las localidades, y quedarán para siempre en nuestro
recuerdo, al margen queda la de la llegada a Santiago, pero esa….es diferente.
Y luego no muy tarde la cena, esta
sí, de cuchara, cuchillo y tenedor y vuelta empezar, preparar el día siguiente
y…al catre.
Decíamos al principio de este
blog que por circunstancias personales, fundamentalmente laborales, no hemos
podido realizar el camino en un año, por eso el último día en la última etapa
nos permitíamos comer o cenar en un buen restaurante y ahí sí que nos
resarcíamos de todo lo anterior. Los alrededores de San Nicolás en Pamplona, La zona de La calle Laurel en Logroño, el Barrio
Húmedo de León, La zona de la catedral en Burgos. O la Rúa do Franco en
Santiago…
Y este era nuestro día a día,
solo pretendemos como decimos más arriba contar nuestra experiencia, si a
alguien le sirve pues nos alegraremos, y si no cada uno tendrá su propia experiencia
que contar, recordar o revivir. Como decimos por nuestra tierra, ¡Con tu pan te
lo comas!, que es como decir, tú veras lo que haces.
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