ZUBIRI- PAMPLONA
Quedaría bonito decir que las
primeras luces del alba nos despiertan, pero no, cansados como estamos es la
alarma del móvil la que nos saca de nuestros sueños.
Y empieza la rutina que
seguiremos todos los días o casi todos, un buen desayuno para coger fuerzas. Y
ya que estamos, seguimos hablando de comida, diremos que somos más bien
partidarios de no parar a comer en mitad de una etapa, una parada eso si, ya
programada si es posible de la noche anterior y allí, bien un café o un refresco
con una fruta o un pincho, un cigarro y a continuar. Sí que veremos que hay
peregrinos que se paran a comer, pero a nosotros personalmente no nos gusta y
mayoritariamente tampoco hemos visto que se haga. A veces según la etapa y
horario que vamos viendo lo que hemos encargado en esa parada es un bocadillo
para nada más acabar la etapa, o si hemos acabado a buena hora, entonces sí que
aprovechar para comer, ya hablaremos en alguna otra entrada de la hostelería
del camino.
Lo que si hemos hecho es cenar
casi todos los días con el “menú del peregrino”, (alguna vez nos hemos
permitido alguna licencia) el típico menú del día de los restaurantes del
Camino, más abundante creemos que el denominado por el resto de España menú del
día, en cualquier caso su relación calidad/precio es excelente en todos los
lugares donde lo hemos pedido.
Y ya, hablemos un poco de esta
etapa, segunda del camino, mucho más suave que la anterior prácticamente toda
de bajada o llana, solamente tiene una dificultad a la altura de Arleta una
buena cuesta que se supera sin más y antes una pronunciada bajada en Akerreta
para bajar al nivel del rio pero sin nada que parecerse a las de la primera
etapa. El paisaje, totalmente verde, con bastantes prados, caseríos, caballos, cabras,
senderos por bosques junto al rio y pasando varios puentes que la hacen muy
agradable.; ambiente totalmente rural. En el juego de la oca hay unas casilla
que dicen “de puente a puente y tiro porque se me lleva la corriente”…, Pues
eso, salimos atravesando el bonito puente de Zubiri y llegamos tras pasar varios,
llegamos al puente de la Magdalena a la entrada de Pamplona, en total habremos
pasado cuatro puentes.
El camino como tal para nosotros propiamente dicho acaba cruzando el puente del río Arga y la ermita de la Trinidad de Arre, en un bello entorno junto al rio. A partir de aquí todo es civilización, esta parte final ya es más pesada porque nos movemos por dos grandes núcleos antes de entrar en Pamplona, Villaba y sin solución de continuidad, Burlada que empalma con la bonita entrada a Pamplona a través del Puente de la Magdalena.
Alojamiento, ducha, un pequeño
descanso y a recorrer los lugares típicos del encierro y luego naturalmente
aquí no cenamos el menú, nos vamos de pinchos por Estafeta y por San Nicolás,
sería un pecado perdernos los pinchos de esta tierra.
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