El comienzo como no puede ser de otra manera si te planteas
hacer el camino completo debe ser Roncesvalles, como aragoneses que somos nos
encantaría decir que habría que empezar en el Puerto de Somport, pero
desgraciadamente la infraestructura actual del camino deja bastante que desear
y por eso nos decidimos por empezar en Navarra, a lo mejor algún día hacemos el
tramo aragonés.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que para llegar a
Roscesvalles no hay más que un medio de acceso, que es el autobús, se debe de
coger en Pamplona (ojo con los horarios, hay diferencia entre laborables y
sábados y domingos).
Así que nos plantamos en Roncesvalles la noche anterior a
nuestra primera etapa y ya iniciamos las liturgias que llevaremos a lo largo de
todo el camino: estudiar la etapa del día siguiente, ver cual va a ser la
climatología por colocar la ropa en la mochila de una u otra forma, ver
posibilidades de comida o bocadillo, cenar pronto porque se va a madrugar y a
descansar para empezar cada jornada. En esta ocasión antes hemos asistido a la
misa del Peregrino al atardecer donde observamos mayoría absoluta de
extranjeros.
Lo de la colocación de la ropa es más que importante porque
en una misma etapa salvo en Castilla el tiempo puede cambiar a lo largo del día,
como muestra subimos unas fotos de esta primera etapa en donde se puede apreciar
el cambio de indumentaria debido al cambio del tiempo. ¡En tan solo 22
kilómetros!. Hoy me ha tocado a mí otro día le tocara a mi compañero ser el
protagonista
Pensábamos que esta primera etapa al estar en lo alto del
Pirineo seria toda cuesta abajo, nada más lejos de la realidad. Es un recorrido
propio de media montaña, con senderos, caminos de tierra y tramos pedregosos.
Aunque se va bajando, hay un par de altos a considerar, Mezquiritz y sobre todo
Erro, en conjunto prados alpinos y húmedos bosques de hayas, robles y pinos,
senderos entre árboles, son el magnífico escenario de la etapa de hoy. En algún
sitio habíamos leído que esta primera etapa bajando Erro antes de llegar a
Zubiri es responsable de una gran mayoría de accidentes (torceduras,
esguinces,..) por la pedregosa y tortuosa bajaba, y en verdad no defrauda y si encima
te coge un aguacero que te acompaña los últimos 4 kilómetros hay que bajar con
mucho cuidado, lo que no evito algún resbalón.
Y así cansados y mojados, muy mojados a pesar de nuestras
capas llegamos al final de nuestra primera etapa y de nuevo la liturgia que al
final de cada etapa haremos; lo primero sellar la credencial, asearnos,
cambiarnos de ropa, poner la ropa a secar o lavar, dar un paseo,….mañana más.
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