Como si se hubiese trazado con tiralíneas,
esta es una etapa sin la más mínima complicación, discurre en línea recta desde
Frómista hasta Carrión, atravesando los pequeños pueblos que
encuentra en el camino, 20 kilómetros por una senda especialmente hecha para
los peregrinos y paralela a la carretera para evitar los riesgos de la
circulación, separan a ambas poblaciones.
Un monumento dedicado al
peregrino marca el comienzo de la etapa, la llanura y la monotonía de un nada reconfortante
andadero que circula en paralelo a la carretera, sólo rota por el paso fugaz de
coches y 'bicigrinos', mojones jacobeos de piedra, alineados matemáticamente de
dos en dos; señalizado a cada cierta distancia con una concha, unas veces
tallada, otras veces incrustada en forma de azulejo, y la planicie sembrada que
parece no tener fin son los únicos elementos de distracción en todo el tramo.
Empezamos en serio la Tierra de
Campos, la llanura interminable que llegara hasta León. Si en otras etapas el
esfuerzo hay que ponerlo en subir o bajar aquí hay que concentrase en vencer la
monotonía de una llegada siempre demasiado lejana y que cuando parece que ya
estas se diluye. Creemos que son las primeras etapas sin prácticamente sombra.
Nunca madrugar es tan importante como en estas etapas…
Recalcar en esta etapa antes de
llegar a Carrión, Villalcázar de Sirga con Santa María la Blanca, iglesia - fortaleza
atribuida a los Templarios, y que nos fue imposible visitar, llevábamos ganas
para verla porque en todas las guías la ponen como un importante y artístico
monumento, pero desgraciadamente como algunas otras en el camino estaba cerrada
al público salvo horarios religiosos. Realmente no se entra en la localidad, se
cruza por un lateral, pero merece la pena entrar aunque esté cerrada la iglesia
por su imponente fachada, además hay un bar enfrente para aliviar las penas porque
hasta aquí prácticamente no encuentras nada de hostelería por la pequeñez de
las localidades y porque es una etapa que no invitan a parar y descansar. Así
que nos sentamos junto a Pablo Payo, 'Pablo el Mesonero Mayor”.
No hay sorpresas hasta Carrión de los Condes, final de etapa. Localidad
con todo tipo de albergues, restaurantes, hoteles, tiendas de todo tipo e
iglesias.
Carrión, hasta 12 iglesias y doce
hospitales tuvo, Entre ellas la iglesia
de Santa María del Camino soberbio pórtico representado el tributo de las cien
doncellas y en donde al caer la tarde se celebra la misa del Peregrino, que una
vez más nos dejó un inolvidable recuerdo con la iglesia a rebosar de peregrinos
de decenas de países, con la colaboración de una comunidad de monjas
jovencísimas que participaban de la misa y con la invitación del sacerdote al
acabar a participar en la bendición del Peregrino y a cantar la Salve ante la
imagen de la Virgen, como recuerdo a los peregrinos nos entregaban al acabar unas
estrellitas hechas por la monjas (que evidentemente guardamos), sin grandes
pretensiones, para que nos guiasen en el
camino, ¡momentos emocionantes e inolvidables!.
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