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lunes, 11 de diciembre de 2023

LOS CRUCEROS (2). El CRUCEIRO GALLEGO

El crucero, (cruceiro en gallego) es uno de los símbolos más representativos de Galicia en algún sitio hemos leído que se estima que en las casi 4.000 parroquias de Galicia, existen más de 10.000 cruceiros por todo su territorio. Lo que nos parece un poco exagerado pero escrito esta. Sea una u otra cantidad sí que es cierto que a lo largo del camino no paras de ver estos monumentos fundamentalmente religiosos.                
                                                            
Testigos de un pasado en la mayoría de los casos El crucero es un monumento religioso constituido por una cruz generalmente de piedra sobre un pilar, situado en un lugar público, principalmente encrucijadas (cruces de caminos) o lugares elevados, de manera que el caminante no se pudiera perder Pero en esto como en todo en la variación está el gusto, los hay de todo tipo y hechura y para todos los gustos.


La evolución tomada por el camino y su importancia, ha hecho además en algunos casos que en os últimos tiempos se hayan hecho cruceros a modo de monumento, recuerdo, memorial o conmemoración que si bien ya no marcan el camino ni las encrucijadas llenan de viveza cultural el mismo.

Al igual que hicimos con la anterior entrada de Cruceiros del camino Francés y Aragonés, subimos hoy los correspondientes al Portugués, solo algunos porque todos es imposible.





martes, 18 de julio de 2023

EL CAMINO PORTUGUES O8. EPÍLOGO


Terminado el CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS, un proyecto que teníamos previsto para 2020 tras nuestras experiencias entre 2013 y 2019 en el camino francés y aragonés pero que la pandemia truncó. Traemos aquí de nuevo corregidas y aumentadas nuestras sensaciones y reflexiones que ya publicamos en el 2019 cuando finalizamos el camino Francés. Sea cual sea el camino que escojas es una experiencia que todo el mundo debería de tener al menos una vez en la vida. Y queremos compartir con aquellos que lean este blog como decimos algunas reflexiones e invitaros a que, si tenéis la oportunidad, no la desperdiciéis. El Camino merece la pena en todos los sentidos. 

¡Buen Camino!, maravillosa frase que te desean, que deseamos a todo el mundo, todos desconocidos, y su réplica ….¡buen camino!, todos apuntando a la misma dirección, la Catedral de Santiago. Si hay alguna sensación en la plaza el Obradoiro, al margen de las vividas, es el orgullo de haber alcanzado la meta: no hay que engañarse, pues como prueba física es un gran reto y con una dificultad importante. Pero hay muchas otros aspectos, como el haber tomado contacto con cosas que realmente deben de importarnos, por ejemplo hemos vivido casi con lo justo.

 

      

El Camino es una experiencia que indudablemente puede ser enfocada desde muchos puntos de vista: el reto, la superación, el reencuentro, lo espiritual, lo religioso, la aventura, el conocimiento de otros…. Al final te das cuenta que lo importante es que a un paso le sigue otro, y a ese otro más, para al final descubrir que, a la vez que se pisa el suelo, el auténtico camino va por otros senderos invisibles, y lo que se consigue es fruto del esfuerzo personal.

Todo lo que te rodea genera una atmósfera especial: disfrute de la naturaleza, el viento, los sonidos, la niebla o un trago de agua fresca. Los parajes y caminos son preciosos en muchos tramos, penosos y sacrificados en otros; la lluvia y el sol y la niebla se confabulan y alternan para que vivas el camino desde variados puntos de vista… ¡Buen Camino! se oye una y otra vez… Vamos solos, pero formamos parte de un todo que notas que transciende, formamos parte de un camino pisado por miles de peregrinos antes que nosotros, y que será nuevamente pisado por muchos otros después.

Es sorprendente la cantidad de personas que peregrinan. A lo largo de estos años hemos comprobado el espíritu de superación de personas que no podían ni andar, avanzando por caminos solo movidos por sabe Dios qué. Nosotros mismos hemos vivido la sensación de andar sin fuerzas, pasito a pasito por el dolor, erguir el porte y ver como otros en nuestras mismas circunstancias hacían lo mismo, y con dignidad y orgullo, dar unos pasos firmes e impensables momentos antes.
Caminar a pleno sol, caminar bajo la lluvia y con las botas llenas de barro, levantarse a las 5 de la madrugada para caminar al amparo de la luna, caminar casi descalzo y con una gran cruz de madera colgada al cuello, caminar tapado como si fueras un Tuareg (sobre todo los orientales), hacerse más de 30 Km. con una bolsa de plástico de la compra llena en la mano, caminar cantando o en silencio, caminar llorando, caminar pertrechado con un equipo como para subir un ocho mil, caminar con mochila y tirando de un trolley, caminar abrasado por el sol, caminar en ayunas, caminar con lo puesto y poco más… Descubres que en el Camino nada te sorprende. En el Camino te inunda una marea de pensamientos, de emociones y sentimientos. Mil sensaciones surgen de los rincones del cuerpo, pero a la vez, según transcurren los minutos y las horas y se suceden los kilómetros, la cabeza no para de funcionar. Cualquier mínimo detalle del camino: la brisa, las espigas que se agitan con el viento, las amapolas, un escarabajo que se cruza…, despiertan una serie de pensamientos, de emociones y de sentimientos. El Camino te enseña a conocer el cuerpo y a quitar un dolor con otro dolor. Cada parte del cuerpo empieza a hablar y algunas hasta gritan, zonas que de ordinario pasan desapercibidas, de repente parece que despiertan y te reclaman atención. Insisten en que están ahí, marcan su territorio y hacen que te olvides de otras que solemos tener más presentes. Es curioso, pero el estado “normal” es no sentir nada y vivir casi en exclusiva en nuestra cabeza. Sin embargo, cargar con una mochila, calzarse unas botas y ponerse a caminar largas horas bajo el sol, el viento o la lluvia, pisando suelos irregulares y pedregosos, hace que se despierten rincones recónditos de nosotros mismos. Un dedo del pie, el lado izquierdo del talón, los hombros, las rodillas y los tobillos empiezan a quejarse, todos a la vez o uno detrás de otro, y entonces sientes que eres mucho más que tu cabeza.

                            

Pero, sobre todo, el Camino son los otros peregrinos. Reparas en cómo visten, cuánta carga llevan, cómo caminan, cómo descansan, qué comen… Todos ellos son una historia andante, siempre hay un cierto misterio que rodea a cada uno, y no es otra cosa que el motivo que les ha llevado hasta allí. Muchas veces prefieres no saberlo, no vaya a ser que la respuesta haga perder a esa persona todo el interés que nos suscita. Así uno mantiene la distancia con ciertos peregrinos y refrena las ansias de conocerlos. Con algunos peregrinos hablas, con otros deseas hablar, con unos pocos lo haces, pero te sientes unido con todos, porque las palabras no son la única manera de comunicarse y de establecer una relación. El cubrir una etapa en el Camino es una manera de tomar conciencia de que un viaje largo comienza con un primer paso, como todo en la vida. Si no se hiciera así, sería imposible pensar en los kilómetros a pie que tienes que hacer. Se toma plena vigencia de que hay que ir paso a paso, de ser realista en el avance, hemos visto también ¡claro! quienes se tomaban las etapas como cuantos más kilómetros y más rápidamente mejor, o como una escapada de fin de semana, pero eso es otra historia
El Camino es además plena conexión con la naturaleza, robles y eucaliptos haciendo bóvedas de sombra en caminos rodeados de verde, bosques aparecidos entre la bruma como si fuera una postal, pendientes inclementes al sol, sin ningún árbol que alargan tu sombra hasta el infinito o sencillamente oler y respirar profundamente…

                    

Y para acabar, dos consejos si te decides a hacerlo: 

El Camino decide cuándo entras en élEstamos en el punto de partida. Tienes toda la ropa limpia, bien doblada y organizada en la mochila. Al día siguiente nos levantamos temprano y nos ponemos a caminar. Vemos a otros caminantes que avanzan a su ritmo. Nos adelantan, adelantamos, nuestros pies están perfectos, las piernas van ligeras… Esos primeros kilómetros, son como una excursión o una marcha de trekking. Por fin llegamos al destino del día. Ves a otra gente escribir en sus cuadernos, con la mirada fija en móviles y tablets, fumando o disfrutando una cerveza. Empezamos a hacer lo mismo, nos sentamos, escribimos, bebemos, contemplamos el entorno. Todavía no ha entrado el Camino en nosotros. Hay un momento en el que, sin embargo, tú percepción cambia, tus sensaciones no tienen nada que ver con las de una escapada de domingo. Empezamos a establecer conversaciones que ya no son casuales, y mides tu fuerza interior de una manera distinta. No se puede decir cuántos pasos son necesarios para que se produzca la transformación. Para cada uno es diferente. Pero hay un momento concreto en el que dejamos de ser caminantes y nos convertimos en peregrinos. 

En el camino 1+1 no son 2. Todos los kilómetros no son iguales. No es lo mismo un kilómetro al comienzo, que en medio o que al final. Un kilómetro tiene un valor distinto para cada uno y dentro de la jornada de cada uno. Los kilómetros acumulados algunas veces son una carga insoportable y otras, en cambio, te proporcionan la fuerza necesaria para seguir y llegar a tu destino. Lo mismo ocurre con el tiempo. Un minuto son sesenta segundos siempre, pero un minuto temprano por la mañana es más corto, mucho más corto que un minuto cuando llevas acumulados muchos minutos o muchos kilómetros, porque en el Camino la distancia es tiempo y viceversa. 

Empezamos a desear “Buen Camino” de forma automática sin pensarlo demasiado, casi como una fórmula de cortesía. Según “penetramos en el camino” acercándonos a nuestro destino nos vamos dando cuenta de que esas dos palabras tienen un significado profundo. El día a día cuando te despides de los otros peregrinos les deseas “Buen Camino” no ya para ser educado, sino como una reverencia por haber compartido la experiencia, y como un deseo sincero a partir de ese momento. 

¡Buen Camino! 

Al final del Camino, entrando en la indescriptible plaza del Obradoiro, vimos a personas alumbradas por ideales y sueños que no tenían límites y nos emocionamos, nos llenamos de alegría y dimos gracias al apóstol y a Dios. 

Nos sentimos orgullosos al poder decir, ¡somos peregrinos del Camino de Santiago!






miércoles, 12 de julio de 2023

EL CAMINO PORTUGUES. ETAPA 7 RÚA DE FRANCOS - SANTIAGO DE COMPOSTELA


Tal y como hemos indicado en la etapa anterior, esta etapa es corta, pero queremos llegar a Santiago pronto y descansados para poder saborear totalmente la llegada y la ciudad, el camino y lo que nos ha supuesto, y por supuesto darnos algún que otro capricho en plan compras y marisco, como en anteriores llegadas. A la salida de la aldea, continuamos por una cómoda senda rodeada de robles, llegamos a A Grela, desde aquí, la senda jacobea sigue en ascenso el recorrido de la carretera hasta la travesía do Porto, que nos da la bienvenida a O Milladoiro.

Ya se han acabado las aldeas, la proximidad de Santiago se hace notar en las modernas viviendas unifamiliares que te salen al paso, superamos en O Milladoiro los accesos de un moderno polígono industrial y, de nuevo, por un rato recuperamos el viejo trazado, entre pinares, hacia el Agro dos Monteiros, de súbito, en el alto, se te aparecen las torres de la catedral de Santiago. Estamos a 250 metros de altitud, en el Agro dos Monteiros, la cota más alta del Camino Portugués en Galicia auténtico Monte del Gozo del Camino Portugués.


Bajamos por la pista asfaltada y varias sendas que van atajando hasta Rocha Vella, damos un pequeño rodeo para cruzar las vías del tren y nos dirigimos hasta Ponte Vella para cruzar el río Sar, ahora volvemos a subir de nuevo para atravesar varios núcleos y ya poco a poco ciudad, ciudad y ciudad, nos sumergimos en un entorno urbanizado, un poco más adelante nos desviamos del camino oficial porque está la alternativa de ir directamente a la plaza del Obradoiro sin dar el rodeo (Aprox 1,5 Km mas) del camino oficial que te lleva por la Iglesia de Santa María de Couxo, la alternativa está muy bien marcada, pero hay que saber a dónde vas.

Como todas las entradas a Santiago esta es larga y pesada, tras saludar a nuestras amigas de anteriores ocasiones “las dos Marías” o “las dos en punto” como otros las llaman, avanzamos los últimos metros del trazado final del Camino Portugués hasta la catedral discurre finalmente por la rúa do Franco, quizás la más animada de todo Santiago y colmada de bares de tapeo y tiendas de recuerdos.
                  

Así llegamos al final de la etapa de hoy y de nuestro recorrido del Camino Portugués. Ante nuestros ojos se alza nuestro objetivo, la Catedral de Santiago de Compostela. Al final del Camino, entrando en la indescriptible plaza del Obradoiro, vimos a personas alumbradas por ideales y sueños que no tenían límites y nos emocionamos, nos llenamos de alegría y dimos gracias al apóstol y a Dios. Nos sentimos orgullosos al poder decir, ¡somos peregrinos del Camino de Santiago!.

El abrazo al Santo, la misa del peregrino y por supuesto para no perder ninguna tradicion, nosotros añadimos por nuestra parte una buena mariscada como cada vez que hemos llegado a Santiago.

























martes, 11 de julio de 2023

EL CAMINO PORTUGUES. ETAPA 6 PADRÓN – PARADA DE FRANCOS

 Podríamos haber hecho una sola etapa hasta Santiago, pero decidimos que no por varios motivos Primero porque es una etapa relativamente larga si así se hace, y además el final va en subida aunque sea ligera, ello implica llegar tarde y cansados a Santiago, segundo porque según hemos leído la última parte de la etapa sería  totalmente urbanitas y bastante tediosa, todo ello podría quitarnos algo de la ilusión y alegría  para llegar y tercero la más importante porque este año  tras haber hecho el camino francés y el aragonés, y por circunstancias especiales que no vamos a contar hemos decidido tomarnos el camino con total tranquilidad, así que allá vamos con la penúltima etapa.

Por una vez debemos de parar prácticamente al comenzar la etapa, nos encontramos con la colegiata de Iría Flavia que lamentablemente no podemos visitar por la hora, pero sí que junto a ella se encuentra el cementerio de Ardina (glosado por Rosalía de Castro) donde al pie del camino y de un viejo olivo se encentra la tumba de Camilo José Cela, un tranquilo lugar, cementerio romántico muy ordenado, poético y melancólico.

Continuamos atravesando pequeñas aldeas para acercarnos al Santuario de Escravitude con su fuente milagrosa y el espléndido ejemplar del barroco que es el Santuario, Las flechas amarillas, a cien metros del santuario, nos llevan a una pista asfaltada que se hace en subida para llegar a otra bella iglesia, a Santa María de Cruces. Más pinares, más camino de tierra y otra bellísima aldea, que nos recuerda las aldeas que encontramos en el camino francés al entrar en Galicia y que en eta ocasión apenas hemos visto, Angueira de Suso, a la que descendemos bruscamente tras cruzar las vías del ferrocarril.


Tras salir de la aldea un interminable emparrado nos cobija como así ha sido a lo largo de varios tramos del camino y éste nos conduce hasta A Picaraña y nuestra inseparable N-550, nos despedimos de ella de nuevo, y llegando ya el Pazo de O Faramello antes de llegar a Rúa de Francos, en ligero ascenso a veces pronunciado a través de la calzada romana oculta en el bosque y luego carreta comarcal.

Pasamos cerca Castro Lupario, uno de los escenarios jacobeos presentes en la “translatio” donde vivía la Reina Lupa, (dejamos el relato de la reina Lupa y la “translatio” para quien lo quiera buscar en INTERNET porque si no nos alargamos mucho.


           

Llegamos a nuestro destino en Parada de Francos donde se conserva uno de los más interesantes y antiguos "cruceiros" de la ruta data del siglo XIV y señalaba la antigua vía de ruta de peregrinación. Leemos en nuestras guías que varios grabados indican que en este lugar se enterraron niños aún sin bautizar.
        

Llegamos a nuestro destino una casa rural en Parada de Francos y para ser la última etapa antes de Santiago el sitio es ideal para el relajo y descanso, la pena es que no es excesivamente simpático el dueño y además se aprovecha de la situación ya que cerca no hay casi nada, llevando unos precios abusivos en la hostelería ofreciendo además muy poco.


domingo, 9 de julio de 2023

EL CAMINO PORTUGUES. ETAPA 5 CALDAS DE REIS – PADRÓN

 

Salimos de Caldas por el magnífico y bien conservado puente de Bermaña el trayecto sigue en inapreciable ascenso aguardando algunas rampas más molestas que conducen finalmente hasta la parroquia de Carracedo, a través de bosque cruzamos la carretera y seguimos subimos hasta la iglesia de Santa Mariña, epicentro de la parroquia de Carracedo.



Subimos hasta Corgullon y a partir de aquí descendemos por una pista que se adentra poco a poco en el tupido monte Albor amoldándose al cauce del río Valga. Al salir de la vegetación, de un bosque relativamente profundo cruzamos el río y entramos en San Miguel de Valga junto a la iglesia de factura neoclásica del XVIII. Continuamos y pasamos por delante de una especie cruceiro, dentro de lo que parece una finca privada que tiene la imagen de un peregrino con mochila del que no encontramos ninguna referencia en ningún sitio pero que nos ha resultado curioso.
Suceden a San Miguel inconexos núcleos rurales que a veces cuesta ver donde empieza uno y acaba otro. Más adelante viene el desvío hacia el albergue de peregrinos de Herbón, situado a 3 kilómetros de este punto, por lo que si no te los planteado mejor seguir porque serian seis Km de más. Monasterio franciscano, cuna de los afamados pimientos de Padrón que realmente descubrimos en esta etapa que los originales son de aquí aunque tengan el nombre genérico de “pimientos de padrón”




Hacia Padrón, el Camino salva justo después un paso a nivel para llegar hasta el puente sobre el río Ulla en Pontecesures. Un antiquísimo crucero da paso a el puente sobre el rio Ulla, heredero de uno romano, ha ido cambiando su fisonomía, primero en el siglo XII, después en 1790 y más adelante en 1911 y 1956.

Al cruzar el río decimos adiós a la provincia de Pontevedra para entrar en la de La Coruña. Tras el puente parece que ya estamos en el mismo Padrón pero no es así, aún restan más de 2 kilómetros. Por Puente Padrón llegamos hasta el río Sar, el mismo por el que desembarcaron los discípulos de Santiago con los restos del Apóstol en el año 42 o 44 de nuestra era.


.Padrón además de los pimientos tiene bastante que ver, por la tarde aprovechamos para ver el monumento al Nobel de Literatura Camilo José Cela, la estatua en homenaje a la escritora Rosalía de Castro, el museo casa de la escritora, pasar el puente de Santiago para ir a la zona del convento del Carmen y su fuente y la iglesia de Santiago, la iglesia actual es de mediados del XIX y sustituyó a su vez a otra de estilo gótico. Debajo del altar mayor se encuentra el “pedrón”, ara romana de piedra que sirvió para amarrar la barca donde llegaron los restos de Santiago y que dio nombre a esta localidad.  También nos encontramos con un monumento al peregrino muy reciente, leemos de 1999 de bronce de gran tamaño, posiblemente el más bonito de este camino. La localidad es famosa también por sus pimientos y pulperías, así que para acabar el día es de obligado cumplimiento cenar entre otras cosas una buena ración de pimientos que acompañamos con otra de pulpo para estar también en “ambiente hostelero” peregrino.